lunes, 21 de enero de 2008

EL QUESADA SURGIDO DEL ESPACIO (I)







Despreciados conejillos de indias,






Preparaos para sentir escalofríos y ser apresados por el terror más inhumano, gracias a la primera parte del (estremecedoramente verídico) relato que he dado en llamar...






EL QUESADA SURGIDO DEL ESPACIO (1ª parte)














New York, 21 Enero 2008








"No estoy loco.





Por mucho que antes mi mirada perdida , o el nerviosisimo que me acompañará para el resto de mis días os lo pueda parecer.


por mucho que use palabras ininteligibles y arcaicas como " continuidad".


Me dicen que no sé distinguir la realidad, que veo cosas q sólo están en mi mente.... quizás sea cierto, ya que hace tiempo que me saqué los ojos de las cuencas -hay cosas que el ser humano nunca debería de ver-.


Pero NO es verdad.

Yo lo ví.

Y pagué por ello.


Sí, y a pesar de que jamás se lo diré a nadie (cortarme la lengua no fue suficiente, y me gustaría pensar que coserme los labios ayudó) , antes de dar descanso a mi alma, me gustaría lanzar una advertencia desde aquí, para aquel que sea fuerte y se atreva a seguir leyendo, pueda conocer la verdad, por espeluznantemente macabra que sea...

Recuerdo aquel diciembre de 1962.



La nieve había tomado la ciudad, y allí, en el barrio donde yo vivía, la gente se estaba preparando para Navidad, cuando pasó.

Dijeron que era un globo sonda que se había desviado y había sido derribado por algún mafioso o pandillero ( en mi barrio abundaban). Ja, que poca vergüenza.

Aquel fulgor no tenía nada de ordinario. Intentad imaginar un dañino caleidoscopio de colores y ondulaciones de luz, cuando ves una siniestra amalgama de colores en la casa de tus vecinos.

Desde ese día , todo cambió.

Los Quesada, que así se llamaba la familia de inmigrantes cubanos que allí vivía, tuvieron un hijo ese mismo día.

La madre , dío a luz al pequeño Joe, sin incidentes. Aunque algunas enfermeras decían que la luz que apareció brvemente durante el parto " era muy extraña"....

La familia no volvió a ser la misma. A medida que el tiempo pasaba, la demacración en torno a ellos se hacía patente, y la madre comenzó a encerrarse más y más tiempo en casa, de donde surgían unos hedores cadavéricos y los signos de abandono eran más y más obvios (recuerdo observar extrañado como la madera de su puerta adquiría cada día un tono más pútrido, de un gris enverdecido maligno que hacía daño al olfato y a la vista).

Finalmente, una mañana mi paciencia se agotó.

Tomé la decisión de expulsarlos del edificio, y tras hablarlo con el casero, y recibir la aprobación, me encaminé con las llaves del piso en mano (desafortunadamente era el portero del inmueble entonces) , con la intención de ponerles de patitas en la calle ( desagradables encuentros anteriores con el padre y el hijo, me impulsaban aún más a ello)...

Maldita la hora en que se me ocurrió.......

Jamás olvidaré aquello. Era la 616 . Aquella puerta putrefacta que parecía insanamente leprosa, con ese brillo verde grisáceo siniestro y macabro, no invitaba precisamente a entrar. Tontamente llamé a un timbre que hacía años q se había fundido y jamás arreglado, así que aporreé la puerta con la impetud juvenil y la rabia del momento.

Nadie contestó, y la puerta que parecía débil, devorada por el polvo y el tiempo, aguantó estoicamente mis embites.

un miasma de hedionda malignidad pareció susurrar desde dentro...."


Que, ¿Cómo se os han quedao los pelos? como escarpias, no? jejeje, pues esperad a la siguiente parte....



La clase por hoy se ha acabado, el próximo día más.

Saludos del doctor.

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